Que las niñas de tus ojos sucumbieron al influjo de un encantador de serpientes, y por él, a un precio irrisorio, vendiste tus cosas y con el circo te fugaste. O que te secuestraron, nadie acudió en tu ayuda y ahora, por el shock olvidados tu nombre y mi amor, andás y desandás tu extravío en oscuros barrios de la periferia. O que las enredaderas de tu jardín, enroladas en la envidia de las vecinas envidiosas, crecieron hasta ahorcar los cables, romper las conexiones…
Hipótesis, hipótesis y más hipótesis. Hipótesis elaboradas en torno al más simple de los acontecimientos. ¿O será que nunca es simple el silencio?
Hipótesis, hipótesis y más hipótesis. Hipótesis elaboradas en torno al más simple de los acontecimientos. ¿O será que nunca es simple el silencio?