21 de septiembre de 2008

LOCUS AMOENUS

Rendida bajo el peso del sol, sedienta:
una siesta de verano.
Como sedienta, detrás de la ventana, la ansiedad de los niños acaricia la hora por venir cuando, caducos el sueño de los mayores y la prohibición de ausentarse, pueda por fin correr en pos del agua libre de la acequia.
Pero también:
de la arena, de la delicia del fruto rapiñado, del cabello frágil del sauce...
La radiante fatiga del juego y la piel tostada, que apague el vértigo aquel de ya nunca oír la voz que desflora la tiniebla, dice el mundo, lo crea.
La voz infantil, solar de las canciones que cada mañana, brotan de los labios de la madre.

15 de septiembre de 2008

EL DOMINGO DEL EXILIADO

En mi intensa avidez de vos
me sueño repatriado
a tus ojos
a tus manos.
A tu corazón, no.

Allí nunca estuve.

1 de septiembre de 2008

EL JUEGO PELIGROSO

Como otros, es un juego.
Las habitaciones están dispuestas de manera tal, que sólo puede alcanzarse una, previa estadía -estadía siempre regulada- en la anterior. Son las reglas.

Pero, súbita, una puerta cierra el paso, detiene la partida.
Y él, que carece de las herramientas para abrirla, se queda allí, paradito (un niño delante de la vidriera que exhibe y mezquina el juguete de sus sueños). Simulando indiferencia, aparta la mirada, como si fuera ella la responsable, la barrera al milagro. Aun así, la puerta continúa cerrada.

La llave, intuye, ha de hallarse en uno de los cuartos anteriores, oculta en oscuro cajón. Teme, sin embargo, abandonar su sitio, regresar.
Sí, este es un juego peligroso.