12 de abril de 2010

LO FATAL



Detrás del pavor a las veredas atestadas
detrás de cada distracción al cruzar las calles
detrás de la necesidad de nombres y biografías
yace la tierra del pueblo. El cepillo de
la cultura, el cepillo de las noches de
los bares en vela nada pudieron con ella
que está en mí, me es, la soy. Como la soy y me es
me autoriza a hablar de sus acequias
donde no hay duendes como recitan los poetas
y lo único que flota es el cadáver de
un pesticida, sus bodegas
donde al dictado de la moda liban alegres
caballeros y el único borracho es un peón
golondrina puesto a volar por el pie del amo
también él un caballero alegre. Fuere
donde fuere esa geografía me acompañará.
Y este saber que tan mal le supo a mi juventud
hoy es simple, tan simple como una certeza.