Cuando dejé la
casa de mis padres
y como no conocía
otra cosa
improvisé una
familia
en la que por
supuesto
pues otra cosa no
conocía
me adjudiqué el
rol de hijo
flor de vivos
colores
en un jardín
ajado
pero un día esta
familia nueva
que había llegado
a ser sólida
comenzó a
desgranarse: quiero decir
aquí hubo
personas que me quisieron
a quienes quise
y ahora solo yo
permanezco
a la espera de
caer
o ser arrancado
porque el destino
de toda familia
como el de
ciertos frutos cuando maduran
es apenas dejar
un esqueleto.