Vivir como un sino
las espaldas que se cerraron
las puertas que se volvieron
sería acatar la derrota
cuando hay fuerza en mis brazos todavía
y animan las miradas de los amigos
y la noche de las botellas desata la lengua
y alguna cama merece el asalto
y como quería borges
la voz del poema acelera la sangre
lo otro
a veces florecido en lágrimas
no debe hoy envilecer la boca
con la amargura de una queja.