10 de diciembre de 2011

A RESISTIR


Vivir como un sino
las espaldas que se cerraron
las puertas que se volvieron
sería acatar la derrota
cuando hay fuerza en mis brazos todavía

y animan las miradas de los amigos
y la noche de las botellas desata la lengua
y alguna cama merece el asalto
y como quería borges
la voz del poema acelera la sangre

lo otro
a veces florecido en lágrimas
no debe hoy envilecer la boca
con la amargura de una queja.

1 comentario:

Hernán Schillagi dijo...

Amigo: ¡Soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie! Aquí, ante el calor, hablando de poesía y de la vida: como siempre.

El poema propone complicidad, una celebración de la amistad como un refugio de los males de amores. O al menos, un paliativo entre dolor y dolor.

De Eladia, ni hablar, jaja.