25 de junio de 2012

DETRÁS DE SERENA MÁSCARA





Cuando el sol apenas entibia
espero

y más tarde
y luego aún

espero en mis manos que corren
como niños salvajes hacia las cosas,
en el deshielo de mi nuca
al calor del eco
de mis pasos solos en calle oscura

pero no solo

también en la alegría de cobijar
el aroma de las primeras mandarinas,
en la rabia de mi estómago
alimentada por el carbón mezquino
de príncipes y mercaderes,
en la electricidad emanada de una caricia
que en su recorrido
eriza vellos activa el sexo

espero
aunque lo niegue mi lengua
y como un latigazo haga sonar
su ya no es tiempo,
la desmiente
el resto de mi cuerpo.


1 comentario:

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: ¿Habrá un límite etario para "flashear"? Hay una sobredimensión de la adolescencia tan instalada que parece que, pasados los 20, ya no podemos sentir un enamoramiento (o arrobamiento, como te gusta decir).

Como si un repentino otoño se nos instalara en el cuerpo y no hay posibilidad de sentir los estertores propios de la juventud.

Aunque más allá de lo cultural, me parece que el paso del tiempo y los prejucios nos hacen endurecer el lomo frente a los golpes eléctricos del amor.

Que me ha gustado tu poema, que su musicalidad es "arrobadora", ya que no se conforma con la "idea-verso", se corta, entrecorta, fluye y busca un cauce tortuoso, pero placentero al mismo tiempo.