21 de noviembre de 2012

VIAJES MENTALES





Aferrado a una escoba
casera escoba de pichanas
emprendo el viaje

no estoy donde me ven
me ven en el gran patio como un gondolero
abriéndome paso en un mar de hojas
pero estoy en una casa triste
junto a la hija del viejo grandet
aguardando el regreso del primo
que se perdió en los mares,
o en una pieza de mi juventud
donde aquellas manos templaron
el sentido de unos versos
antes de esa noche recitados
mil veces sin sentido

no estoy donde me ven
me ven con un balde de acero
inclinado sobre la acequia
pero estoy en algún bar
como en un set de filmación
toma a toma corrigiendo
los desaciertos de mi pasado

no estoy donde me ven
hasta que sí lo estoy
por un momento estoy
en el centro de este patio
aspirando la belleza
de la tierra y las plantas
rejuvenecidas iluminadas
la tierra y las plantas
como recién salidas
de una lluvia de verano.

1 comentario:

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Te corrés todo el tiempo de los lugares donde has estado efectivamente o en forma literaria para cerrar de manera magistral este poema mostrándonos un espacio auténtico donde el viajero se encuentra con quién es y no hay horror o decepción en este espejo. Tan solo un patio sencillo donde es posible respirar, mirá qué simple, respirar. Porque ser uno y el mundo al mismo tiempo pisando tierra mojada sea posiblemente más significativo que perder la vida recorriendo mares por una Ítaca que sospecho devastada.