9 de abril de 2008

Eras las manos cuyo fuego apartaría por fin las mías de lápices, cuadernos y obsesiones; la boca de la cual brotarían con renovado brillo aquellas palabras, las siempre dichas; los ojos en los que, como en habitación refrigerada en verano, se hallarían a gusto los míos. Eras la esperanza.


Y ahora, no sos más que otra estampita iluminada en el altar de mis fracasos, otro nombre arrancado de las agendas, otra voz ahogada por los sicarios del silencio. El viento llevándose la última ilusión.

10 comentarios:

Fragaria Vesca dijo...

Lo que cuenta es muy “Cuesta abajo” , amigo... muy triste. Para ud. que me pedía un cacho de maldá: creo que el condicional entorpece un tanto, con su ía-ía-ía (aunque quizá le dé una cadencia lastimera, una especie de llanto). Adoré “los sicarios del silencio” (escriba todo un libro bajo ese título!). Con respecto al tema en general le digo -y sigo con el tango- : no se desanime por los desengaños del cuore y tenga en cuenta “el valor que representa el coraje de querer”.

Adrian Pegaso dijo...

Borron y cuenta nueva... asi de simple.

No mires para atras, sino tene la vista siempre hacia adelante.

Bexos
Ad

Anónimo dijo...

Me sumo a los condicionales! Un horror! Lo bueno es saber que se está dispuesto a que te sigan rovando una y otr vez las ilusiones, en tanto haya habitaciones calefaccionadas...Al menos hubo un contacto, un descubrirse y salirse de uno para despeñarse en otro...Descubrir que no todo son ideas...

Anónimo dijo...

fe de erratas! robando las b y reponiendo las vocales

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Feliz cumpleaños atrasado, amigo invisible.
¿Sería tan gentil de enviarme su mail para que le mande algo muy bonito que tengo para estas ocasiones? El mío es pauseu1@gmail.com

Los "sicarios" más que raptar, matan por encargo. Usted ya les ha dado una misión específica, ya va a ver que en unos días los recuerdos desaparecen. Ah, mi amigo, nunca deposite LA ESPERANZA en una persona. En todo caso, es el medio centímetro de cordura que debe guardar celosamente en sí mismo. ¿O la terapia y los fármacos no le han enseñado nada?
Paula.

sergio dijo...

Anónima y Fragaria: es probable que sea suya la razón y el condicional sea cacofónico. Pensaré soluciones alternativas, pero tendré que pensar mucho pues la primera que se me presenta es el subjuntivo y, a decir verdad, dista mucho de ser eufónica.

sergio dijo...

Adri: si le dijera que olvidé de quien se trata mentiría (justamente la escritura posee la virtud de impedir el olvido que, para mí a veces, es más amargo que la decepción). Aunque ahora (¿que está escrito?) no duele, ni perturba.

Gracias por comentar, se lo extrañaba.

sergio dijo...

María amiga:

Mi cumple le advierto ya pasó. Las confusiones se deben a la desmemoria de algunos amigos que matan pajaritos....

Igual, gracias.

Mi correo es durasianos@hotmail.com

Hernán Schillagi dijo...

Pude leer la versión original antes de la presta corrección. Creo que era muy atinado lo que decía Fragaria. Era un poco cacofónica esa reiteración de los "ía". Debo confesar que lo había tomado como un recurso extravagante (y hasta me gustó un poco).

Por otro lado, esta prosa tiene sus dos párrafos claramente contrapuestos (esperanza-fracaso) y esa organización gráfica dice mucho, habla de un trabajo comprometido con la palabra y su forma.

Un detalle exquisito: la breve pero justificada aliteración de "s": los sicarios del silencio. Bravo!

sergio dijo...

Nobleza obliga: la versión original no decía "los sicarios del silencio" sino "los sicarios del olvido". Pero a un error de tipeo o de concepto de Fragaria le debemos esta mejora.

Gracias. Y sí, lo de los condicionales era un juego (aunque el fondo sea serio, para mí con la forma puede jugarse)