22 de julio de 2008

DE CUANDO UN CO-BOS QUISO CONVERTIRSE EN "THE BOSS"

¿Qué hacer cuando ninguna de las opciones que nos brinda el menú nos resulta grata? Los buenos modales nos indican que un sencillo “no, gracias” alcanza. Pero ¿y si de veras nos está picando el bagre?


Esta es la sensación que experimento ante la situación política del país: los del campo me provocan náuseas (evidentemente no me refiero a los pequeños productores sino a los oligarcas, que nadie ignora, existen. Recomiendo Fin de fiesta de Beatriz Guido), y los del gobierno, me asquean. ¿Y Cobos? ¿Qué es Cobos? ¿No era del gobierno? ¿Es del campo? ¿Es un trepador? (¡mierda, no aprendemos más! Parece que el “episodio” Chacho Álvarez no nos enseñó nada)

Entonces, como cuando era pequeño y el plato no era de mi agrado, me meto en la cama en ayunas, aunque con la certeza de que el hambre no me dejará dormir.

6 comentarios:

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

"A ver, a ver cómo muevo la cabeza" para responderte, amigo. Hace bien poquito, tres días, leí en el diario de Lanata un artículo Martín Caparrós sobre los enemigos que se había echado el gobierno al hombro en 120 días por inoperante: Lilita -poeta como nunca- diciendo: "no se puede construir un centro de salud sobre la tumba de una chacra" (¡ups!), los cuatro jinetes del apocalipsis pampero, De Angelis -con o sin dientes- (una especie de alter-ego de D'Elia, pero del otro lado), Menem, salido del museo de cera , Rodríguez Saa, Reutemann -que esta vez no iba segundo-, Leyes, Castells... y las firmas seguían. Caparrós en su texto hablaba de ellos como de "Frankie", un monstruo, puro injerto, que en poco tiempo se desbandaría. Opino lo mismo.
Sobre Cobos tengo una opinión distinta, actúo con una altura inusitada. Y mirá que toda la gestión en la provincia lo puteé por los dirigentes de la DGE que nos puso, por la intransigencia... hasta estuve en una marcha del Sute donde quemamos un "muñequito Cobos" de estopa.
Pero esa noche fue el hombre de la verdad, "el hombre de familia" -como dijo él al otro día- que defendió, en un momento clave, sus convicciones. Y le temblaba la garganta y garraspeaba... él contra todos los lobos y buitres que lo rodeaban. Los políticos profesionales, los del "voto disciplinario".
Hay una película que los malos traductores de la época bautizaron aquí "Caballero sin espada", en realidad era "Mr. Smith va a Washington" donde James Stewart interpreta a un joven senador que es ridiculizado durante todo el film por campechano, por timorato, porque no sabe hablar... y en la última escena, cuando tiene que defender una ley que beneficiaría a niños marginales, le sale el tigre y da un discurso maratónico que deja helados a los corruptos. Habla hasta desmayarse. Gran Película. Gran escena. Buen director: Frank Capra (el mismo de "Qué bello es vivir").
Cobos fue Mr. Smith durante los minutos de su discurso. Chapó para él.
Con el resto, también, opto por el ayuno.

sergio dijo...

Paulamiga:

Me sorprende que ud, siendo tan inteligente como es, se deje seducir por un argumento tan... berreta, como el de "soy un hombre de familia". Como si los hombres de familia fueran todos venerables (Menem, de la Rúa, Kirchner, lo eran/lo son) y los que no la tenemos (iba a escribir los que tenemos la suerte de no tenerla, pero queda feo) fuéramos parias... A mí, lo de Cobos me pareció puro oportunismo (me vas a decir que se enteró de la política del gobierno después que asumió su rol de vicepresidente. Si es así, peor! Es un pelotudo!!!). Lo que más me fastidió de todo el asunto fue el “ahora que hice lo que me dictaba mi conciencia, cual Greta Garbo, me retiro al campo (cuac) y que todos revienten. Pero en algún punto, si fuéramos un pueblo inteligente, debería servirnos de lección esto de que la Alianzas electorales no van pa ningún lugar. Eso de pegotearnos para ganar unos votitos a la larga en pura espuma. Y ojo, que los del gobierno como ya dije, no me caen nada, pero nada bien. Ver a los gorditos de la CGT “adecentados” sentados con Kirchner, da asco.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Bueno, "compré Cobos" (deme dos, dije). Cual Mirtha emocionada lloré en su discursito. Más que "un hombre de familia" -eso lo dijo él- lo vi como un "buen hombre" -lo digo yo-, alguien capaz de destrabar un conflicto absurdo -por lo nimio- que se agigantó increíblemente. ¿El país estaba discutiendo "la revolución agraria" o un sector de privilegiados pedía la reducción de una tasa impositiva? Recordemos también que fue nuestro ex-gobernador quien pidió en junio que el tema fuera tratado en ambas cámaras.

Me encanta que tengamos este cruce de ideas, le hace bien a la democracia.
Es cierto que ningún boludo llega al cargo que el Cleto ocupa y hay que ser más zorro que liebre para esquivar las "cinturas" políticas.

En fin, también me sorprende la garra de polemista que le desconocía. Descuide, es el segundo cascotazo de la semana, mi hermana, ex-estudiante de abogacía también, casi me mata por los buzones que compro.

Cada tanto hablar de estos temas es interesante. Volvamos a las artes: ¿por qué todavía no me publica en María Castaña?
Ah, sino ha visto la peli a la cual me refiero en mi anterior comentario, consígala, es del año 1939, va a costar, pero seguramente la disfrutará.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

fe de erratas:
"Ah, si no ha visto..."

YOR dijo...

Siempre tengo la impresión de que todo es un gran circo y que las verdaderas intenciones permanecen opacas a la masa... es decir, a nosotros.
Simpaticemos, no simpaticemos, empaticemos o no, ellos hacen lo que se les canta las pelotas... salgamos o no a quejarnos con cartelitos en las calles.
Cobos no es la excepción: de las intenciones que tuvo para hacer lo que hizo... no nos vamos a enterar, y para suponer... prefiero invertir mi energía en cosas más útiles.

Fragaria Vesca dijo...

Yo también me voy a dormir sin cenar, pero porque el cuerpo me está pidiendo una tregua. Más que cintura política, lo mío va para cinturón gástrico...

A mí también me sorprendió y me gustó este costado civil y belicoso suyo (resabios de antiguas inclinaciones académicas, quizá?)