20 de septiembre de 2010

ANTÍDOTO

grande es el desconcierto
cuando mi confianza en las palabras flaquea
corre el riesgo de caer del pedestal
donde la orfandad de mi juventud la puso
muy grande es mi desconcierto
porque aún no aprendí a lidiar con el silencio
tan lleno sucio de mí
que me empuja a encender la radio
porque aun si son dichas en lenguas extrañas 
esas palabras disparan mi imaginación
la apartan del miedo
al frío mudo del cajoncito final

8 comentarios:

Jorge Mezzabotta dijo...

es un placer leerte... siempre...

Maria Eugenia dijo...

Que desconsuelo perder la fe en las palabras. Como si alguien dovorara las creencias.
Precioso!!
Saludos desde mi tren

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: creo que son las palabras las que pierden la fe en uno. Las musas no aceptan excusas, decía Sabina. Es cierto.

Concuerdo conque las palabras (una aunque sea) hacen disparar la imaginación. Hasta en otro idioma, como sugerís. ¿El tono? ¿La textura es lo que nos abre ventanas inimaginables? Vuelvo a escuchar Radiohead, no sé un pomo de inglés, pero me vuela la peluca.

Acertadísimo ese diminutivo irreverente al final. Muy buen poema, amigo.

Marisa Perez Alonso dijo...

Sergio, una vez más me conmueven TUS PALABRAS. El poeta no puede, no debe dejar sus creencias, crear es un acto de fe. El poeta no debe dejar de creer en la poesía y ella está vestida de palabras como música, como deseos.
Ese "cajoncito final" no es frío, ni mudo: el poeta se hace inmenso cuando se hace anónimo. ¿Estoy un poco hermética? Pero te admiro!!!!

sergio dijo...

Jorge: muchas gracias por el comment. Espero, a mi vez, sguir teniendo el placer de leerlo con más frecuencia.

sergio dijo...

Saltar desde el tren: a veces las creencias nos devoran a nosotros!!!! Un placer su visita.

sergio dijo...

Hernán: a mí la voz del sr radiohead (Tom York) me llena de una melancolía medio inexplicable sobre todo porque yo, como ud, no sé un pomo de inglés. Sí, en esa voz hay una especie de desgarro que es demasiado fuerte. Sólo puedo oirlo en determinadas circunstancias. Gracias por el elogio final a mi poemita.

sergio dijo...

Marisa: Y sí, un poco hermética estabas. Aunque ahora que lo pienso más que hermética andabas optimista. jajaja Ojalá nunca la confianza en las palabras nos abandone. Sin ella ¿qué sería de nosotros?