29 de abril de 2011

MENTE AGRADECIDA


Por entre los esqueletos
que talló el otoño
he visto la luna
justo cuando la molestia
del hielo en la nariz
se convertía en el placer
de los pulmones activos
y comenzaba el calor
a trepar por las piernas

la osamenta del sauce
la nariz la noche las piernas
han sido donaciones

donaciones el aire
el invierno
el silencio

2 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: el poema tiene una aparente sencillez que engaña. Lo he leído varias veces y no llego a cerrar varias imágenes y metáforas.

Aunque sí queda un efecto residual (de los benignos, ojo) luego de la lectura. Un resabio de belleza al alcance de la mano.

Como le decía esperando el micro el otro día (¡qué frío!): la búsqueda de una musicalidad escueta, recortada y que se angosta hacia el final me choca al comienzo, pero le voy tomando el pulso y siempre está al servicio de decir "algo más".

Eso sí, otra vez la última estrofa se queda un poco trunca. Aunque tiene su efecto.

Proyecto María Castaña dijo...

Tiene un dejo panteísta de agradecimiento a la naturaleza por la instantánea que te ofrece el paisaje...
No me cierra el hielo en la nariz, como imagen es algo confusa. Todo lo demás tiene una belleza sutil que reconforta... a pesar del frío, del esqueleto del sauce y de un otoño que va muriendo.