21 de octubre de 2011

SIN ORDEN NI CONCIERTO



A mis amigos, otra vez.



Aunque tu corazón se haya unido al coro
de los que laten sin partitura
queda la memoria punzante
de las consultas al techo
para dar con la data que le permitiera latir
al ritmo sugerido por la cordura de tus padres

mas como vivir es encadenarse
a los designios oscuros del azar
y aunque muchos y rudos
sean los golpes cotidianos
muchas las cuentas del rosario de los lamentos
hoy tu corazón elige
el vaivén de su capricho
la amistad de los que sordos a cálculos y registros
improvisan respuestas
nunca definitivas

tu corazón ya se dijo
se ha unido al desconcierto
de los que laten sin partitura.

5 comentarios:

Periquito Lasabrosura, poeta brujo. dijo...

Eyyy, muy buena. ¿Redescubriendo la magia inagotable, incontenible de la rima tácita?

sergio dijo...

Barbado: gracias por el comment. Seguro, siempre descubriendo, re descubriendo las posibilidades musicales de la lengua.

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: ¿qué nos tendrás reservado para el día del amigo de 2012? Ja,ja.

Resulta interesante abordar el tema de la amistad desde la poesía. No quiero repetir lo dicho en "De amicitia", sin embargo, no es muy frecuentado. Siempre si olvidamos esos libritos espantosos y colorinches que hay en las librerías y papelerías con frases/rejunte tanto sobre la amistad, como del embarazo.

Hay un momento dado (a los 16, ponele) que lo que te dice un amigo es la biblia y lo que profieren los padres da alergia. ¡Aunque el amigo lo hayás conocido hace 3 meses! Hay una etapa en que necesariamente el mundo de los adultos debe ser el "enemigo" y los amigos, esa selección de la familia que siempre quisimos tener.

En mi caso, mi corazón me llevó al azar de "muelles laboriosos" y tan trajinados que me extravié: "Y no volví nunca más", como decían Charly y Fito.

La amistad como la familia irresponsable. La del revés de los consejos. La de la complicidad espontánea y abandonos inesperados. Sin embargo, el tiempo (ladino e implacable) hace que "la sangre tire". Aunque, para algunos, la sangre mixturada e ilegal de los amigos siempre los arrastrará al torbellino de la empatía y los sueños compartidos.

Gracias, amigo, por tan hermoso poema.

sergio dijo...

Amigo, el que tiene que agradecer soy yo. Por el comentario y por su amistad. Es cierto eso que ud dice. A los 16, pongámosle, los amigos tienen una influencia de no creer. Lo veo ahora en mis sobrinas que rondan esa edad. Luego, para algunos, las cosas cambian. Para la mayoría, diría. Pero hay otros que, al parecer, quedamos fijados, cual peterpanes, en esa etapa. Pero esto en mi caso es solo un parecer. Si bien soy infantil en muchos aspectos, en este no lo soy. Mi tendencia a la amistad es muy madura, muy profunda, porque en ella pongo lo mejor de mí, lo más inteligente que puede haber en mí (he tenido ¿la suerte? de que mis amigos sean personas muy inteligentes, y al estar en contacto con ellos, de algún modo, yo me vuelvo más inteligente. Al menos lo intento). Y no sólo. También me torno más amoroso (mis amigos ¿por suerte? son personas amorosas). Entonces, me pregunto ¿hay cosa más hermosa que estar con personas inteligentes y amorosas? Como creo que no la hay, y aunque no ignoro que es un vínculo que en su adn tiene el cromosoma de la libertad; sigo apostando por la amistad (juro que las rimas fueron absolutamente involuntarias).

Ivana dijo...

Sergio:
Aquí estoy...tanto tiempo sin comentarte. Es verdad lo que dice Hernán, creo que es interesante el tema. Y quizás difícil... escribir sobre la amistad y que el resultado no parezca ya "oído" antes, no? No es tu caso, el poema me pareció original, con su rima elaboradita... y todo, me gustó. El tono, muy medido pero es bueno que no sea el Himno a la alegría! (aunque cuánto nos reímos siempre =)
Aparte, ya lo dijo un pelado que conocemos: "Nuestros amigos, ahora, son la familia que hemos elegido".
No comparto - o no entiendo- lo de la "familia irresponsable", aunque sé que en una enumeración surgen distintos sentires con respecto al tema. Además, el tiempo me ha hecho notar que no todos viven la amistad de la misma manera.
Por todo, me llena el alma entonces ser parte del grupo inspirador -y me incluyo sólo porque me lo has dicho- y que sigamos "juntos al vaivén del fernet improvisando respuestas nunca definitivas".