6 de enero de 2012




Que el poema escrito
no sea el largamente soñado
que la torpeza de los besos
y alguna pierna a destiempo empañaran
la perfección de aquella noche
que el arroz preparado
luzca siempre menos sabroso
que la ilustración del envase

demuestran que mi cerebro
ve la falla en cada cosa
que cada cosa
-mi cara en el espejo-
recuerda lo que no ha llegado a ser (negroni)

1 comentario:

Natalia dijo...

¡Muy de balanceeeeee! Y sí, hay personas que siempre vemos el defecto en cada cosa. Lo duro es reconocerlo en nuestros rostros.