20 de noviembre de 2010

LA NOCHE



cómo penetrarte noche
cómo con el ímpetu de un explorador
si año tras año
te miré con los ojos del huérfano
te viví con la impotencia del paria
cómo arrebatarte
ahora que casi al alcance de mi mano
brilla el esplendor de tu carne

quizá debería simular una piel acneica
una cabellera azabache
quizá perforar mi cabeza

pero el vacío atiza el miedo
y el tedio apela a máscaras
que por conocidas
afirman el piso que piso

mientras tanto noche
relucís
noche
mientras tanto
me tirás del sexo
del corazón me tirás

6 comentarios:

Jorge Mezzabotta dijo...

qué cosa eso de haber heredado la maldición de trabajar!!!
qué lindo sería poder disfrutar de la noche sin pensar que en la mañana siguiente sonará el despertador!!!
un beso

Hernán Schillagi dijo...

¡Negra Noche, no me trates así...! Decía Sabina.

Interesante eso de hablarle de igual a igual ese tremendo cúmulo de significados y metáforas que es la noche.

En "Historia de la noche", Borges dice que "a lo largo de sus generaciones/los hombres erigieron la noche..." Para terminar con esta maravilla: "Ahora la sentimos inagotable/ como un antiguo vino/ y nadie puede contemplarla sin vértigo/ y el tiempo la ha cargado de eternidad."

¿Cuántos poemas más como el tuyo serán necesarios para que la noche siga edificando el mito?

Marisa Perez Alonso dijo...

Mito interminable y falaz del tiempo del hombre y no de la tierra es la noche que se acerca y se aleja para desearla y explotar en ella.
No soy poeta, pero camino por surco de los versos que escribís con inevitable asombro y emoción.

sergio dijo...

Jorge: yo incluso prefiero trabajar de noche. Me parece que tipo 22 empiezo a ser más yo, más intenso. Igual, si quiere abandonar el laburo, juegue al tele kino.

sergio dijo...

Hernán: preciosas las citas que escogió. Definitivamente la noche es tan inagotable que cuando pasen cientos de años habrá otros poetas cantándole. Para mí tiene dos vertientes: la del encierro dedicado a la lectura y la escritura; y la de la fiesta. Y las amo por igual.

sergio dijo...

Marisa: muchas gracias por tus palabras. Creo que, después de todo, escribo para provocar eso: emoción y asombro. Gracias, de nuevo.