22 de febrero de 2011



(PSEUDO) ROMANCE DEL OPTIMISTA
Cuando un perdedor te sientas
cuando te percibas como
horrible insecto kafkiano
recuerda que entre millones
de espermatozoides aptos
solo tú fuiste capaz
de alcanzar la ardua meta
que al menos por una vez
gran maratonista fuiste.
Cuando un perdedor te creas
piensa que a la juventud
inexperta de tus padres
a la desidia de alguna
maestra sobreviviste
que también sobreviviste
a dos o tres terremotos
a tres o cuatro gobiernos
sobreviviste al furor
loco de tus hormonas.
Cuando un horrible insecto
se tatúe en el espejo
con blanca sábana cubre
esa imagen desdichada
y tus victorias recuerda.

3 comentarios:

Fragaria Vesca dijo...

Esa es la actitud, amigo! Siempre hay que buscar nuevos modos de mirar el vaso. Gracias por recordarnos cuánto tenemos de ganadores incluso los biútiful lusers.

Proyecto Maria Castaña dijo...

¡Alabado y cantado sea por el urbe y por el orbe este romance, noble poeta!
Además de ser fresco, gracioso, de un optimismo exaltado tiene ese final ultrapoético con la imagen clara de un hombre tapando un espejo de reflejo ingrato... ¿Para qué ver lo que sabemos? Basta con cerrar los ojos y rememorar las pequeñas victorias.
Porque recordar, amigo, es como mirar la luna, solo vemos su cara luminosa.

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: las dos caras de la moneda. El poema anterior fue un bajón total, y éste propone un optimismo rabioso sobre los ínfimos logros. Ser el espermatozoide que ganó la priemra carrera hacia la meta es un buen comienzo, carajo!

Pero, si de dos caras hablamos y de una sola moneda también, al poeta no le queda otra que estar parado en el "canto". Al borde de lo bueno y lo malo, al borde de su voz.

¡Qué pseudo este romance! Casi se pasa pa´l otro lado, pero ayuda mucho al tono burlón.