24 de marzo de 2011

COMO UN REPTIL


Me miro
los miro

pareciera que las opciones
son dos
deslizarse
arrastrarse

y yo
me arrastro

pues cuando quiero circular con gracia
cuando quiero parecer un animal elegante
mis piernas se tuercen
contra el suelo da mi barriga

aunque dos
sean las opciones

yo
me arrastro.

4 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: suerte de contracara de otro poema que Ud. publicó hace un tiempo, éste no deja margen a la autocomplaciencia.

Aquí el yo lírico pega directo: el dolor de arrastrarse como un modo de conducirse en la vida. Eso sí, cada centímetro recorrido deja marcas, huellas, heridas que serán luego cicatrices. En cambio, el que se desliza (como hablaba en el otro poema) pasa por las experiencias sin nada que aprender, o al menos, de manera superficial.

No soy muy amigo de los versos tan breves mezclados con algunos de tirada más larga, como pasa con la cuarta estrofa. Sin embargo, esa respiración entrecortada de las tres primeras estrofas y las dos últimas, parecieran ser las sutiles huellas que dejan los codos y las rodillas al arrastrarnos. ¿Será así?

Un abrazo a las rastras.

sergio dijo...

Guauuu!!!
Me impresiona el modo en el que me lee.
Si no existiera la figura del yo lírico, me sentiría desnudo.
En cuanto a la extensión de los versos, simplemente se ajustan a mis necesidades respiratorias.
Ya no encuentro otra forma de escribir que no sea en voz alta. (SIC)
Gracias por la atención y el afecto.

Proyecto Maria Castaña dijo...

Hablemos del contenido... deslizarse para mí es una acción que tiene mucho de proyecto de vuelo fallido. El que se desliza es porque no se atreve y, como dice Hernán, va de aquí para allá, husmeando, siendo un discreto observador de una realidad en la que no participa porque, en definitiva, no le interesa. Arrastrarse, es barro, amigo, es hundimiento, es marcha pesada y fatigosa. Ensuciarse y aprender podrían funcionar como sinónimos.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Arrastrarse era la manera?