24 de noviembre de 2011

AFÁN INÚTIL




Manifiesto en las paredes
que como estibadores animosos
sostienen el techo
manifiesto en la mesa sobre la que escribo
en la cama donde dormí
en el desinfectante las medias el jarabe
en todas partes manifiesto
el deseo de permanecer

ah bendito deseo hallado por los hombres
en las palmas todavía vellosas de sus manos
deseo resuelto en un gesto
luego repetido mil veces
y mil veces más
origen de paredes
y camas y mesas y jarabes
origen de placeres cada vez más laboriosos
origen de dios
-el de permanecer
es un deseo que deliberadamente
ignora fechas de caducidad-

ah inútil afán de permanecer
uñas estropeadas contra el asfalto de la calle
por donde nos arrastra el tiempo.

2 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

Amigo: eladia más, eladia menos; permanecer es desesperación. La religión, la imprenta, las fotos, las frases vehementes... pero todos lo sabemos:

"No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar 20
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera..."

La genialidad de Manrique perdura. Pero él es polvo. Como todos, bah.

Me gusta pensar en una eternidad efímera. Es decir, años después de la muerte alguien diga: "Ah, te acordás de este que escribía poemas dijo una vez..." Y, a partir de ese momento, el olvido se coma las últimas migas para siempre. ¿Qué más se puede pedir?

La otra, ya lo dije en un ensayo: aportar al lenguaje cotidiano un verso anónimo, de uso irresponsable y nada literario. Pero que sea un soplo de aire fresco al idioma. Nada más.

sergio dijo...

Hernán:
Me gustaría profesar su optimismo, pero la verdad es que a veces no me sale. Menos cuando recuerdo que Woody dice que aun si cantáramos loas al talento de Shakespeare frente a su tumba, no por eso don William estaría menos muerto.

Cada día veo con más precisión la imagen de mis uñas estropeadas…